Los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan medidas de censura, está expuesto al furor popular.
UMBERTO ECO

2006/07/20

El sueño de una noche de verano

Cuando fue recriminado por unos manifestantes que le pedían sacar las manos del proceso electoral, Fox respondió que "en México no hay fraude electoral nunca".

Seguramente uno de los efectos secundarios del Prozac es incrementar la amnesia, porque con una sola declaración Fox borró unas cuantas décadas de la historia de su partido, que en múltiples ocasiones se declaró víctima de las elecciones de Estado.

Pero, por lo visto, el Prozac se sirve en ponchera en las reuniones de los panistas, porque Fel-IFE declaró ayer que:

"Hoy no está en duda que las elecciones fueron limpias. Fueron las más limpias y democráticas de la historia del país. Tampoco está en duda quién ganó la elección; lo sabemos nosotros; lo saben nuestros adversarios; lo sabe el pueblo de México: nosotros ganamos la elección"
¡Oh, sí! Las más limpias, las más democráticas... ¡Qué sería de nosotros si hubieran sido un cochinero! No, señores, no hubo mercadeo de votos al mejor postor por parte de la amiga Elbita, no existieron serias discrepancias entre las actas de casilla y el PREP, no existió el fraude cibernético que jamás permitió que se cruzaran las líneas, que mantuvo estáticos los votos de PRI, PASC y PANAL, Chente jamás se olvidó de que era, según, Presidente de la República, es decir de todos los mexicanos, no nada más de los blanquiazulinos. No, no y no, Chepinita jamás hizo uso faccioso de los recursos de Oportunidades, que en vez de destinarse al campo se desviaron a zonas urbanas donde redituarían votos a los panistas. Hildebrando jamás tuvo acceso al padrón electoral, ni se encontraron boletas en el bordo de Xochiaca, en la carretera a Hermosillo, enterradas en Veracruz.

No, no y requete no. Nada de eso ocurrió. Es el puro sueño en una noche de verano. Son unos necios esos mexicanos que se empeñan en decir que no es sueño, es pesadilla, es vuelta a lo peor de nuestro pasado. Son una bola de acarreados, de necios, de ignorantes que no entienden que ha llegado el momento del México bonito, de la gente nice que, aunque vinculada a grandes fraudes y latrocinios, no pierde el derecho a su lugarcito en las páginas de Sociales.

¡Ay que bonito es ese México estilo Canal de las Estrellas, donde Carlitos Espejel se convierte en la voz de nuestra conciencia colectiva, López Dóriga, Micha y Loret de Mola en el Tribunal de la Santa Inquisición, que no en informadores, y donde las felicitaciones a Vanessa la Secretaria, Beto el Plomero y mil etcéteras ocultan la auténtica gratitud que se les debe a los verdaderos artífices de la jornada electoral: Elbita la Maestra, Ugalde el Alquimista, Chente el Abusivo, CCE el Golpeador, Televisa la Manipuladora, etc.!

Claro que se les olvida lo que decía Michel de Certeau en La invención de lo cotidiano: "...siempre es bueno recordar que a la gente no debe juzgársele idiota" (p. 189).

Certeau, a petición de la Secretaría de Estado para La Cultura de Francia llevó a cabo una extensa investigación acerca de la realidad cultural de la sociedad francesa. En el transcurso de la misma descubrió que, frente al Poder y a las instituciones, existía siempre un movimiento de micro-resistencias que generaba micro-libertades que movilizaban "recursos insospechados, ocultos en la gente ordinaria (que) desplazan las fronteras verdaderas de la influencia de los poderes sobre la multitud anónima." (p. XXII).

Certeau descubrió que los débiles recurrían a la inversión y a la subversión, "metaforizan el orden dominante al hacer funcionar sus leyes y sus representaciones bajo otro registro" (p. 38).
Para él, lo cotidiano estaba "sembrado de maravillas, fiestas efímeras que surgen, desaparecen y recomienzan".

Hubiera estado feliz en la marcha del 16 de julio, constatando que inversión y la subversión se encontraban en buena forma, como lo manifestaron los cientos de miles de carteles trazados a mano en que la ironía, la sátira, la burla y el desprecio ponían de manifiesto que somos multitud los que no creemos que estas elecciones fueron "las más limpias y democráticas en la historia del país".

Y modificando un tanto la frase de Monsiváis, les decimos a los yunquitos y demás golpistas de terciopelo:
No nos repriman...¡Convénzanos!
¡Cuenten voto por voto, casilla por casilla!



2 comments:

Gerardo de Jesús Monroy said...

¡Lo que se puede encontrar en los blogs!
Nunca había oído hablar de este autor que mencionas, Michel de Certeau, pero sus observaciones son merecedoras de nuestra atención. En efecto, durante estas campañas observamos el despertar de tales poderes, ocultos en muchos de nosotros, gracias a la labor de inversión y subversión que emprendió una minoría débil sólo en apariencia.

ChicaFresa said...

Si antes, a nivel de volantitos mimeografiados los traíamos fintos, imagínate ahora que el ciberespacio es nuestro.
Y es que ellos son de dar flojera. Nuestras micro-libertades ya no son tan micro que digamos.
Y si tienes tiempo, busca el libro (lo venden en la Gandhi de la Ibero, y supongo que te lo pueden conseguir en las otras).
Siempre está a favor de los débiles que no lo son tanto como parece.
Certeau vivió el movimiento de 1968 y eso cambió su visión de todo cuanto sucedía. A muchos intelectuales mexicanos
les está pasando lo mismo con este movimiento.