Los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan medidas de censura, está expuesto al furor popular.
UMBERTO ECO

2006/09/24

Pues así, cualquiera...

Resulta que uno de los implicados en el Pemexgate, ex director corporativo de Administración y Finanzas de Pemex, Juan José Domene Berlanga, brindó a Alfredo del Mazo hijo una beca para estudiar un posgrado en la Universidad de Harvard, en Massachusetts, sin que éste tuviera ni siquiera el título de licenciado en Administración de Empresas.

Desde luego, desconocemos cuántos de los amos del Universo, como los llamaba irónicamente Tom Wolfe, han cursado sus estudios de posgrado, esos que nos presumen tanto, a nuestras costillas, mientras jóvenes brillantes son rechazados por Conacyt, aunque soliciten una beca-préstamo que pagarán íntegramente y hasta con intereses y tengan calificaciones de excelencia.

Recuerdo las acerbas críticas de mi papá a Miguel Alemán (el presidente) porque tenía una amante brasileña, una actricita de segunda que se llamaba Leonora Amar. No vayan a creer que era la suya una crítica nacida de la moralina. ¡No!. Lo que le molestaba es que la susodicha tenía deseos de triunfar en Hollywood, así que Mister Amigo rápidamente la incluyó en la nómina, no recuerdo si como cónsul o representante oficial de alguna Secretaría de Estado o algo así. Y mi papá decía que era poco hombre, uno de sus peores insultos, pues ni siquiera tenía los redaños para mantener a sus queridas, sino que obligaba al pueblo de México, con toda su pobreza, a hacerlo.

Alfredo del Mazo Jr. es otro más de los hijos del privilegio. Su padre fue Secretario de Recursos Hidráulicos en el gabinete de Adolfo López Mateos y Gobernador del Estado de México en la época en la que se consideraba que vivir fuera del presupuesto era vivir en el error. Del Mazo Jr. ha ocupado una gran cantidad de puestos públicos bien remunerados, incluyendo la citada gubernatura, la dirección de Telmex cuando era paraestatal y la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal con Miguel de la Madrid. Muchos llegaron, incluso, a pensar que sería su sucesor en la Presidencia de la República.

¿Y este personaje tiene la desfachatez de endilgarnos el costo del posgrado de su hijito? Lo dicho, les sobra desvergüenza y les falta hombría.

Y por cierto, no dejo de preguntarme si la maestría de FeCal se llevó a cabo de la misma manera...

3 comments:

Chilangelina said...

Dejame decirte que es lo peor: que estos "Chicago boys" estudian en EU o en Europa y luego regresan a trabajar en puestos que ya tienen asegurados por apellidarse como se apellidan.
En cambio otros que con trabajos estudian en Mexico (y a los cuales Conacyt les pasa la debida factura) se tienen que ir a buscar chamba fuera del pais porque en Mexico, mientras mas calificado estas, mas dificil es que encuentres un empleo en el que te paguen por lo que sabes.
Y si no lo crees, preguntame...

ChicaFresa said...

chilangelina:
Me encantaron tus blogs y ya puse el link. Envidio tu don de síntesis y tu ojo fotográfico. Tengo un hermano que se fue a estudiar un doctorado con su propio esfuerzo y nunca volvió. Acá no hubo lugar para su talento...
Saludos y seguiré visitándote

El vato en campaña said...

Pues sólo hay que voltear a ver al retoñito del charro más charro de México, aquel que defendieron con uñas y dientes las tropas mas pesadas de operadoras y que hasta hoy siguen defendiendo gran parte de los jubilados; en efecto, ese es aquel, el que le compró el título de Administrador-Contador a ese retoño que ahora maneja las finanzas de su sindicato, esa es la cuestión...

Es desagradable que en estos tiempos podamos seguir viendo como profesionistas "balines" se hacen ricos de la noche a la mañana, sin haber pasado por las madrugadas de estudios y de esfuerzos grandes por llegar a obtener aunque sea un "SEIS" en los exámenes; pero es como ver un partido de Foot ball Soccer; para donde volteas a ver, cada jugador de cualquier equipo gana más que cualquier científico Honoris Causa de la UNAM.

Saludos.