Ocoyoacac como ejemplo

Por irregularidades en más del veinte por ciento de las casillas, el Tribunal Estatal Electoral anuló la elección en Ocoyoacac, México. Lo mejor de todo fue que el IEEM decretó que los candidatos no podrían gastar un solo centavo en anunciarse en radio o televisión, por lo que su campaña tendrá que basarse en visitas domiciliarias, reuniones vecinales, mítines y demás formas personalizadas de hacer política.

Y así como dicen que de la parte puede conocerse el todo, de pronto me imaginé un país en el que los candidatos de todos niveles tuvieran que prescindir del uso --más bien abuso-- de los medios y dedicarse a hacer visitas de a pie a sus electores.

¿Seguirían arrugando la nariz los panistas ante los "nacos", "muertos de hambre", "mantenidos del gobierno" o tendrían que tragarse su disgusto clasista para allegarse votos? ¿Sostendrían sus despropósitos de un "norte emprendedor" y un "sur apático" en las comunidades mineras de Coahuila, Chihuahua, Durango, Zacatecas, en donde la mayoría trabaja en condiciones inhumanas, percibe salarios inferiores a los $150.°° diarios, carece de prestaciones y considera como normal la muerte temprana por pulmón negro (silicosis)?

Siempre he pensado que el problema con los yunquitos es que viven en los malls (moles, como les dicen), no salen de sus colonias amuralladas y rara vez se comunican con alguien que no pertenezca a su círculo familiar o de amistades cercanas. Desconocen el país en el que les tocó vivir y suspiran por el olor de los aeropuertos gringos, que los llena de nostalgias primermundistas.

Debería existir una ley que los obligara a vivir como simples mortales cuando menos una vez en la vida, sin la chequera de papi al alcance de la mano. Sólo así podrían venir a hablarnos de que lo que tienen "se lo han ganado con su esfuerzo porque ellos si ahorran sus domingos".