Un día a la vez...

Fué de antología el último episodio de El privilegio de mandar con un Carlitos Espejel lacrimógeno y acartonado creyéndose el tío de la señora Patria y dándole instrucciones al Peje para que ya aviente la toalla y no le cause más problemas a su patrones.

Al día siguiente, Carmen Aristegui entrevistó en la XEW al guionista y cuando le pasaron la grabación de la chafa proclama se le oía incómodo, casi apenado. Sostuvo que sus patrones no le habían tirado línea ( le creemos, ¡oh, si!, le creemos), que era un acto espontáneo de fervor patriótico y simple preocupación ciudadana. ¡Ajá!

Creen los medios que la gente no acaba un día por descubrir los mensajes que se esconden en cada programa, en cada noticiario, en cada comercial, en cada telenovela . ¿Cómo se explican entonces a tantísima gente que pegó en sus camiones montones de carteles, escribió mensajes indignados y se pasó horas enteras gritándoles "mentirosos", "vendidos", "inmorales"?

Hubo hasta quien propuso un boycott total a Televisa y TV Azteca. Pero, como con todos los malos hábitos, si le pedimos a los señores que no vuelvan a ver un partido de futbol, a las señoras que abandonen definitivamente las telenovelas y a los niños las caricaturas vamos a descubrir por qué es tan difícil organizar boycotts exitosos.

Por eso yo quiero proponerles que, como todos los adictos, lo hagamos un día a la vez... Así, por ejemplo, podríamos dedicarnos a tirarle el rating al Teacher López Dóriga. Sabemos que la pérdida de dos, tres...muchos puntos se traduce en el retiro de los anunciantes y, posiblemente, hasta en el del informador que ya no convence. Pongámosle fecha. Ese día, los quince millones del Peje, todos a una, le decimos ¡Toma! y le cambiamos al canal. Lo dicho, bienvenidos a su peor pesadilla...