Los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan medidas de censura, está expuesto al furor popular.
UMBERTO ECO

2006/08/06

El cielo lloró de indignación

Amaneció lloviendo. Todos esperábamos con ansia la sentencia del Tribunal. Aunque nos habíamos preparado para esperar lo peor en lo más íntimo guardábamos una leve esperanza de que en México existiera la justicia, además de la legalidad, que se aplicara el espíritu de la Ley y no sólo la letra. Siempre es esa leve sombra la que hace que nos duela tanto la decepción.

Conforme hablaba Leonel Castillo, magistrado presidente del TEPJF sentíamos que la rabia nos iba subiendo de la planta de los pies a la cabeza. Pero los comentarios de los analistas expertos que pretendían hacer pasar por un triunfo de la Coalición el mendrugo que nos arrojaban fue el colmo. Era el mismo rollo que han manejado los panistas: "¿Por qué se quejan, si ya les hicieron caso?" "A lo mejor, si se encuentran muchas irregularidades, el Tribunal abre más urnas."

Tanto nosotros como los yunquitos que pasaron a toda velocidad por la lateral de Reforma mentándonos la madre con el cláxon sabíamos que no era cierto, que tan sólo se intentaba consumar el atraco y darle visos de legalidad a un pobre candidato que no pudo ganar la elección.

Más que tristeza, el sentimiento predominante era la indignación. Nadie parece creernos cuando decimos que no somos los mismos de antes del dos de julio. Este plantón ha sido una gigantesca escuela de cómo se construye una democracia desde abajo.

Si la derecha cree que ganó, se equivoca. Es una victoria pírrica. Puso de manifiesto todas nuestras debilidades, todas nuestras inconsistencias. Hizo evidentes las fallas. Pero sólo así se avanza. Tenemos compañeros que se desilusionan fácilmente y yo pensaba que hoy dirían que ésto ya había valido madres. Me sorprendieron. Eran los más decididos a encontrar formas de mejorar nuestra organización y hacer más efectivo nuestro trabajo.

Tomamos el acuerdo de hacer un volante para todos los centros de trabajo de Teléfonos, explicando por qué no podemos aceptar un muestreo de democracia, una democracia al 10%, cómo no se trata del capricho de un loco, como esgrimen los pandejos, sino de nuestro propio futuro como trabajadores, porque lo primero que hará la derecha es irse sobre la Ley Federal del Trabajo, los regímenes de jubilaciones y pensiones, las grandes empresas nacionales y nuestros derechos de organización y reunión, que tantos sacrificios nos han costado.

Escuchamos el mensaje del Peje en el radio y tomamos votación económica. Todos decididmos seguirle, porque preferimos una derrota peleada que una victoria transada.

Ya me voy al Zócalo a escuchar el mensaje de hoy, y a ratificar nuestra decisión de pelea. Llegaremos hasta donde se pueda, como se pueda y con lo que se pueda, pero no les vamos a fallar. Sabemos que somos una representación pequeña del ánimo de justicia que ha calado entre millones. Sabemos que la pelea es desigual. Sabemos que ellos cuentan con la apatía y la indiferencia de millones. Pero no cuentan con nuestra decisión de hacer valer la justicia.

Estamos convencidos de que todos los grandes cambios sociales se iniciaron con apenas un puñado de luchadores. ¿Cuántos insurgentes empezaron la Guerra de Independencia? ¿Cuántos liberales acompañaron a Juárez en el inicio? ¿Cuántos conspiraban con Madero para acabar con la dictadura? Y aquí hemos demostrados que podemos movilizar la conciencia y el orgullo de mucha más gente. En dos días llenamos el Zócalo para protestar por lo ocurrido el 2 de julio. En unas horas organizamos este campamento de diez kilómetros de largo, que se dice fácil, pero es muy difícil de hacer. Tenemos todo lo que hace falta, aunque sea con limitaciones, y hemos enseñado lo que es tener dignidad, un concepto por completo ajeno a los panistas, que por eso no entienden nuestra indignación.

Y por cierto, cómo los enfurece que nos divirtamos, que tengamos eventos culturales, baile, teatro, exposiciones, futbol, actividades arttísticas, talleres, que nuestros chavitos aprendan cómo se construye, desde abajo, con orgullo, una Patria para todos.

A todos los que nos acompañan en espíritu, pero que dan la pelea en su propia trinchera, saludos desde la primera línea de batalla. No nos vamos a dejar y no nos vamos a rajar.

2 comments:

Gerardo de Jesús Monroy said...

Acá en el norte del país, nos enteramos de varias cosas mediante los periódicos, el internet y la radio (incluyendo la radio ciudadana que transmite por internet, como Radio Bemba,http://www.radiobembafm.org), pero me late más leer tus crónicas escritas desde el corazón del movimiento. Te mando un cálido saludo contra el frío.

ChicaFresa said...

gracias por darme el aliciente para seguir escribiendo