Mensaje a un señor alto él, mandilón él...
Estimado señor según presidente de México:
Quiero recordarle que la ley sagrada que nos rige establece que el que se rie, se lleva y el que se lleva, se aguanta.
Usted ha intentado vernos la cara desde hace seis años. Nos ha recetado malos chistes y sonrisas bobaliconas, queriendo hacernos creer que no sabe lo que hace, cuando su última hazaña, el Gran Robo de México nos demuestra su astucia vulpina. Su última ocurrencia (y en verdad, espero sea la postrera y no una más de tantas) es las insistencia en ir a provocarnos al Zócalo. Efectivamente, tanto el grito como el desfile son festividades populares, es decir, del pueblo, o sea, de nosotros los renegados, como tan fina y delicadamente nos nombró.
Nunca, en todos los años que llevo de asistir a ambos eventos, he visto pirruris que se dejen caer por estos lares, salvo cuando van a las fiestas del Palacio Nacional, allá, bien reguardados y bien lejos de nosotros. Nunca se han dignado acompañarnos a estas fiestas de nacos, de indios, de descalzonados, como nos nombran.
¿De cuándo acá tanto interés en presentarse en el balcón central, que sólo le ha servido para mostrarnos cómo lo maneja su señora, cuán poco le importan los acontecimientos que transcurren bajo sus ojos y qué corto es su lapso de atención?
Quizá es cierta la especie que afirma que usted ya se inscribió para concursar por el Record Guiness a la mentada más larga y más sonora del Continente. Bien ganada, por cierto. Pregunte usted a algunos de sus colaboradores lo que le pasó a Gustavo Díaz Ordaz en 1969... No crea que nos va a distraer con sus huecas proclamas.
Usted nos ha ofendido profundamente. Si insiste en presentarse en el balcón de Palacio a dar el Grito, aguántese como los meros machos y no salga gimoteando que no sabemos respetar la ley y las instituciones.
Atentamente, por la BVC, una renegada de clase y con clase.
ChicaFresa
1 comment:
Creo que al final sí te hizo caso.
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