El Beam tiene la culpa

¿Cómo no aceptar el reto? Reconozcámoslo. Dentro de cada bloggero anida un novelista, nada más que sin la disciplina y/o el tiempo y/o la voluntad de trascender los límites del posteo diario.

Así que fuí, y me inscribí y a partir del 1° de noviembre voy a entrar al NaNoWriMo, un concurso en el que se trata de escribir una novela de cincuenta mil palabras durante el mes de noviembre.

Y yo no sé cómo escriban el Gabo, Laura Restrepo, Rosa Montero y tantos otros escritores admirables. Pero yo, lo reconozco, sólo funciono contra reloj, cuando se acerca inexorable la fecha límite, que no admite negociación alguna, cuando tengo que entregar algo y no puedo detenerme a buscar la metáfora perfecta, la descripción sublime, el diálogo imborrable.

El Beam ya tiene el esbozo de una idea y algunos personajes. Yo no. Pero no le aunque, tengo ocho días para inventarme algo. Lo importante es soltar la mano, encender el radio y lanzarnos al abismo, que algo saldrá. Y si no, tendré al manos la inmensa satisfacción de haberlo intentado.

Claro que puede uno acabar azotándose contra la computadora hasta sangrar...