Los desgobernadores

Sean de derecha o de izquierda ¡cómo dan de qué hablar nuestros próceres! (Y nuestra prócera, que no queremos que nos acusen de discriminar).

Por un lado tenemos la información que publicó hoy el diario Reforma, con los salarios que se sirven cobrar por sus develos:



Desde luego, faltan los salarios de los que no tienen que rendirle cuentas a nadie, como el inefable Ulises, el Gober Precioso, el Bachoco Bours o el winner Andrade y que, cómo dudarlo, seguramente serán más elevados pues, como dijo este último "no es que seamos llorones":

VILLAHERMOSA.- Manuel Andrade defendió que los Gobernadores deben ser bien remunerados por la "fragilidad" que enfrentan en la responsabilidad del erario y riesgo de sanciones por errores de sus colaboradores.

"No es que seamos llorones, pero hay que valorar cuál es la responsabilidad que tiene un Gobernador mexicano, y no creo que seamos menos que los gringos", expuso.

El mandatario de Tabasco descartó que sea necesario que sus homólogos reduzcan su sueldo, pero planteó que es conveniente un mecanismo que "permita equilibrar las percepciones para establecer un rango mínimo y otro máximo".

Justificó que su salario no sobresale como el de otros gobernadores del país, porque la administración estatal tiene una fuerte erogación en la remuneración de su alto número de burócratas.

El Gobernador tabasqueño tiene una percepción salarial de 91 mil 636 dólares al año.

Carlos Marí

No, si siempre funciona eso de que "hay otros que son más piores"...

Por otro lado, y antes que acudir al camino de la movilización popular para defender los derechos conquistados, tenemos la lamentable genuflexión de Lazaritititito, de Amalita y de Torreblanca ante Felipe el Ínfimo, en un acto que sanciona los sueños húmedos de la ultraderecha de tenernos cogidos en el cepo (y hasta sin cepo) hasta el 2030.

No me hago ilusiones y creo que, salvo muy honrosas y muy contadas excepciones, son los peores los que alcanzan el poder. Como dice el hombre de mi vida: todo lo que repta tiende a subir... o, más escatológicamente, los cerotes más grandes son los que flotan. Especialmente cuando se les da la oportunidad.