La República "Patito"
Decía Don Jesús Reyes Heroles que en política la forma es fondo. Por más que todos los merolicos de los medios oficiales nos estén tratando de convencer de que fue un "triunfo" de Calderón haber jurado en San Lázaro la verdad sigue a la vista de todo el mundo, a pesar de la evidente manipulación de la imagen y el sonido.
FeCal entró a la Cámara por la puerta trasera y por ella salió, como la basura. Su ceremonia fue un "Juras y te vas" que duró tanto como dos minutotes, que deben haberle parecido eternos, pues su nerviosismo era tal que no pudo ni checar si había quórum y el Fox no atinaba a ponerle la banda. Sus "invitados especiales" ni siquiera pudieron atestiguar "el solemne acontecimiento" y tuvieron que hacer el Juramento Reloaded en el Auditorio, entre puros correligionarios, pues uno solo renegado les pone les pelos de punta.
Mi sagrada comadrita, valida de su credencial del IFE que atestigua y prueba que ella vive desde siempre en la zona más exclusiva de Polanco y por lo tanto puede reclamar su lugar entre esa gente re bien nice y re bien bonita que siempre vota PAN, se apersonó cerca del Hotel Presidente Chapultepec con su cartulina en la que denunciaba la nueva reconquista de México por los capitales españoles. La rodearon los PFPos como si ella solita encarnara a toda la APPO y le arrebataron su cartulina. Pero como buena operadora es otra aferradita de abolengo, así que se sentó en el camellón y no se dejó mover de ahí. Y pues no era el caso macanear a una renegadita solitaria y además, de buen ver, así que la dejaron estar.
Y es tanto el terror que siente este "gabinete de mano dura" que ella, y otros pocos colados que lograron llegar, hicieron que el pelele abandonara el Auditorio por lo que parece ser su lugar designado, la puerta trasera.
Así pues ¿quién es el Presidente Patito? ¿Quién el Gabinete Patito? ¿Cuál la República Patito?...
La de los millones que llenan calles y aclaman y siguen al Presidente que ellos nombraron --no, AMLO no se "autodesignó", como dicen los comentaristas chafas, lo designamos más de quince millones de ciudadanos y reiteramos nuestra decisión el 20 de noviembre y este 1° de diciembre y las veces que haga falta-- o la de un pelele pálido, sudoroso, rodeado por sus titiriteros (militares, guaruras, empresarios, políticos desprestigiados, procónsules imperiales que vienen a cuidar sus inversiones, etcétera y demás) que no se atreve a dar un paso sin su burbuja protectora, porque a dónde vaya encontrará repudio y que sólo sabe tratar con sus subordinados porque carece de argumentos para discutir con cualquiera que se le oponga.
Comentaristas como Ezra Chabot, defensor a ultranza de los empresarios y las políticas neoliberales, está reconociendo en su programa que, a pesar de las cuatro hileras de vallas de la PFP que nos impidieron el paso al Auditorio, hasta allá se escuchaban los gritos y las consignas de una gran manifestación que acudió al llamado de su Presidente Legítimo.
Hay quien me reclama porque no hubo una "toma del palacio de Invierno" en versión mexicana. Dicen que a brazo partido debimos haber derribado las vallas para entrar al Auditorio a sacar al pelele de las patas, porque de las greñas, pues nada más no se podría. Nos echan la bronca a los que estuvimos, cuando más bien debieran dirigir su querella a todos esos que se quejan y nunca hacen nada más que quejarse, a los que votaron y piensan que con eso ya cumplieron con la historia, a los que no se dan cuenta que las revoluciones necesitan de un alto grado de organización de las fuerzas.
AMLO sí lo entiende. Por eso reitera que visitará los 2,500 municipios del país y para que en cada uno de ellos haya cuando menos un núcleo organizado, capaz de defender sus derechos movilizándose e impidiendo los atropellos de la autoridad. Hay muchos militantes de la izquierda que se sienten superiores a esta modesta tarea. Lo suyo es el momento revolucionario: la toma de la Bastilla, los dorados de Villa tomando Ciudad Juárez, Obregón en la batalla de Celaya o el Ché tomando Santa Clara y Fidel, La Habana o, de perdis, una cómoda curul desde dónde vean llover sin mojarse.
Mientras tanto, ellos se reservan. ¿Repartir un modesto volante? ¡Qué va!, ellos son di-ri-gen-tes. ¿Convencer a dos o a tres amigos que se sumen al trabajo?. No, ellos son carne de presidium y si no hay mil asistentes o más y cuando menos cuarenta reporteros, no vale la pena hacer nada. Siempre tienen un pretexto listo para no sumarse. Los vieron feo. No los comprenden. Les critican sus propuestas. No reconocen su grandeza. El "es que..." es su frase preferida.
¿Saben qué?, ya dejen de quejarse y pónganse a trabajar, que es mucho lo que hay que hacer.
Muchos lloramos lágrimas de indignación, rabia e impotencia porque no tuvimos la fuerza suficiente para impedir el fraude, porque no pudimos imponer el V x V, C x C, porque no hemos tirado a URO ni pudimos detener el golpe de estado de la derecha, a pesar de gente como Ruth Zavaleta (y miren que no es santo de mi devoción) que defendieron palmo a palmo su espacio en la Tribuna y durmieron tres días en la silla para no dejar el hueco.
No lo hemos logrado todavía, a pesar los muchos cientos de miles que lo sacrifican todo y que vienen con sus mejores galas y sus zapatos gastados a apoyar a su Presidente Legítimo cada vez que los requiere, aunque para eso se gasten sus últimos centavos y no tengan para comer durante el evento.
Esos son héroes de carne y hueso, tan importantes como Hidalgo, Morelos, Villa, Zapata. Sin estos héroes modestos y cotidianos los arriba mencionados no hubieran cambiado nada de nada. En fotos colocadas a todo lo largo de la Avenida Juárez vimos sus rostros. Un millón murió en la lucha revolucionaria, otro millón se exilió, de un total de catorce millones.
No fue bajo el precio. Lo pagaron porque no hubo de otra. La necedad de Porfirio Díaz, la soberbia y prepotencia de los científicos impidió una salida política. Nosotros también estamos dispuestos a pagarlo. Lo hemos demostrado. Esperemos, sin embargo, que la salida propuesta por AMLO, menos espectacular, de más largo plazo, sea suficiente para cambiar a este país y hacer una nación moderna de verdad, donde no sigamos teniendo niños que mueren de hambre o diarrea; madres que mueren al dar a luz; campesinos que dejan sus campos para cruzar la frontera porque no pueden sembrar, jóvenes deprimidos porque no encuentran en empleo que les permita demostrar su capacidad.
Sí, estoy encabronadísima. Sí, me dolió el estómago al ver al pelele acompañado de Fox poniéndose la banda. Sí, me pareció muy poca madre la de los príistas con sus banderitas, como si no fueran corresponsables del desastre nacional. Sí, me ofenden los comentarios de una bola de chayoteros que no reconocen en nosotros un mínimo de inteligencia, de honra o de dignidad. Sí, me preocupa que de ahora en adelante se instaure el Estado de Sitio de facto sin que se haga un escándalo nacional e internacional. Sí, me ofende el dispendio de nuestros bienes nacionales para beneficiar a un grupo cada vez más minúsculo de potentados. Sí, me avergüenzo de nuestra incapacidad de hacer que la represión en Oaxaca genere una oleada nacional de protestas.
Ni modo, en este mundo nos tocó vivir. Con estos bueyes tenemos que arar. Pero no me voy a deprimir ni me voy a dedicar a cultivar mi jardín interior. Ahí estaré cada vez que mi Presidente Legítimo me requiera. Y haré lo que pueda, como pueda, con quien quiera hacerlo. Más no se puede pedir.
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