Bye, bye Wolfie
Costó caro. 375 mil dólares, para ser precisos. Pero a partir del 30 de junio, Wolfowitz deja la presidencia del Banco Mundial. Se defendió como gato panza arriba, con el apoyo incondicional de su amigo Bushito, y logró un pago de marcha de lujo, y una declaratoria de inocencia en la que no creen más que él, la Shaha de su corazón y su mamacita, si es que la tiene.
Nueva derrota para un grupo de iluminados que se sintieron dueños del mundo, como John Bolton, Donald Rumsfeld y el propio Wolfowitz. Y dicen que el siguiente es el notorio Alberto González, el del memorando Bybee que justifica el uso de la tortura y el mal trato a los detenidos de Abu Ghraib y Guantánamo, el defensor del "privilegio ejecutivo" que trata de hacer de Bush algo semejante a un monarca todopoderoso de la época el absolutismo, despreciando el equilibrio de poderes.
Obviamente, como era de esperarse, a los representantes europeos les tembló la mano, ante el temor de que el enojo de Bush se manifestara en un congelamiento de cuotas que pusiera en peligro la gigantesca estructura del Banco, con todo y sus diez mil empleados y no sólo accedieron a los chantajes de Wolfie sino que dejarán en manos de Bush el nombramiento de su remplazante.
Pero en fin, algo es algo. Cada vez que nos vengan a hablar de lucha anticorrupción no tendremos más que recordarles que el buen juez, por su casa empieza y que para corruptos, ellos. Es el equivalente a sacarle las tangas a Serrano Limón cada que quiere hacerse presente en la vida política nacional o recordarle a Federico Döring que no es más que un empleaducho de cuarta al servicio de Televisa. Y aunque son cínicos y conchudos, les pesa...
Nueva derrota para un grupo de iluminados que se sintieron dueños del mundo, como John Bolton, Donald Rumsfeld y el propio Wolfowitz. Y dicen que el siguiente es el notorio Alberto González, el del memorando Bybee que justifica el uso de la tortura y el mal trato a los detenidos de Abu Ghraib y Guantánamo, el defensor del "privilegio ejecutivo" que trata de hacer de Bush algo semejante a un monarca todopoderoso de la época el absolutismo, despreciando el equilibrio de poderes.
Obviamente, como era de esperarse, a los representantes europeos les tembló la mano, ante el temor de que el enojo de Bush se manifestara en un congelamiento de cuotas que pusiera en peligro la gigantesca estructura del Banco, con todo y sus diez mil empleados y no sólo accedieron a los chantajes de Wolfie sino que dejarán en manos de Bush el nombramiento de su remplazante.
Pero en fin, algo es algo. Cada vez que nos vengan a hablar de lucha anticorrupción no tendremos más que recordarles que el buen juez, por su casa empieza y que para corruptos, ellos. Es el equivalente a sacarle las tangas a Serrano Limón cada que quiere hacerse presente en la vida política nacional o recordarle a Federico Döring que no es más que un empleaducho de cuarta al servicio de Televisa. Y aunque son cínicos y conchudos, les pesa...
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