Acerca de la resistencia civil pacífica

Más en serio que en broma, al hablar del gran Zizou y el cabezazo que marcó este Mundial para siempre, señalé que debíamos cuidarnos de no perder la cabeza en el último minuto.

Hoy, un pequeño grupo de no más de ocho personas increpó a FECAL y le tiró una patada a su camioneta blindada.

Es verdad que existe un profundo sentido de indignación, rabia e impotencia por parte de muchas y muchos ciudadanos que son testigos de un reiterado intento de dar un golpe de mano que le otorgue la presidencia a Feli-pillo y eso hace perder la placidez hasta al más calmado.

A todas horas sufrimos un incensante bombardeo mediático. No hay un requicio de nuestra vida cotidiana por donde no se cuele el martilleo que insiste en que de una buena vez nos demos por muertos y aceptemos el triunfo del candidato de la derecha.

Algunos parientes despistados, compañeros acomodaticios y uno que otro panista bien intencionado --que los hay-- preguntan que para qué tanto brinco, si el suelo está ya bien emparejadito --tan emparejadito como Chente y Martha-- y no es mucho lo que se puede hacer.
Y todo ese insistir en que vivimos en Foxilandia y el fraude electoral no existe cansa, molesta, enfurece. Pero es cuando más calma se requiere, porque es una verdad de a quintal que el que se enoja, pierde.

La derecha ha estado insistiendo que somos violentos, irracionales, que buscamos crear problemas. Hoy una tal Mireya Gómez Espíritu paga un desplegado a plana entera en el Milenio Diario acusando a AMLO de querer una guerra civil. El uso del ingenioso acrónimo MALO nos enseña la orejota yunquista, pues decir que se llama "Manuel Andrés" y apellidarlo simplemente "López" ha sido muestra de su máximo ingenio. Lo acusa de traición a México y le exige que se retire de la contienda, como si ella --si es que acaso existe, porque la busqué en Google y no aparece ni una mención-- fuera la mismísima encarnación de la Patria.

Resistencia civil pacífica: esa fue, es y sigue siendo la consigna.

Hay muchas formas de resistir con civilidad y en paz, con alegría, con rosas de cobre, como las que mencionó Julio Cortázar. Se me ocurren algunas, que nosotras solemos usar:

• Hacer un gafetito casero, con un lema que refleje nuestro estado de ánimo y que despierte la curiosidad de otros en la calle, en el banco, en el Metro, en la pesera, que dé pie a exponer nuestra posición y usarlo a manera de micro-mini-espectacular. Mis compañeras, por ejemplo, hicieron uno que dice: "Calderón, el IFE será tuyo, pero el pueblo NO"
  
• Organizar una brigadita de volanteo y sacar nuestro propio material en donde expliquemos por qué estamos en resistencia. Hay mucha gente que está de acuerdo, que simpatiza, pero que no sabe qué contestar a las razones de Televisa, TV Azteca, a la hipocresía fecal que ahora hasta aureola saca cuando habla de su compromiso con el diálogo y la paz por encima del insulto y la violencia, de la fuerza de los pacíficos, cuando fue el principal promotor de la campaña de odio con la que intentó ganar la Presidencia.
  
• Intensificar nuestros contactos, especialmente hacia el exterior, dando a conocer lo que verdaderamente ocurre en México. Desde luego, nuestro principal instrumento es el Internet.
• Extender y consolidar los Comités de Defensa del Voto, que serán el sustento de todas nuestras acciones en los seis largos años que se aproximan, en los que las presiones de la derecha no harán sino intensificarse. Estos Comités organizarán no sólo las acciones inmediatas sino charlas, presentaciones de videos y hasta pachangas, que no sólo de política se vive.
• Lo único que NO podemos permitirnos es caer en la desesperación y la furia. Hay muchas formas de protestar, con cartelones, con representaciones teatrales improvisadas, con música, con canciones que desgastan al opositor pero no le permiten tacharnos de violentos, sino sólo de burlones.
• En última instancia, hagámonos responsables de NUESTRAS acciones. Si decidimos optar por el camino del choque y el enfrentamiento, no podemos luego andar quejándonos de que los opositores se comporten con rudeza. La ley fundamental de la vida, incluyendo de la vida política, es que el que se lleva, se aguanta...

Así que conservemos la cabeza en su lugar, discutamos nuestras próximas acciones con calma y visión clara y, sobre todo, no perdamos esa alegría que fue la clave del éxito de la campaña de AMLO.

Recuerden, la alegría está por llegar... Sonrían, que ya ganamos.