Los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan medidas de censura, está expuesto al furor popular.
UMBERTO ECO

2006/09/28

¡Ay mamá! Los de la luz...

Los días han estado nubladones pero hoy cae el sol a plomo. Algunas compañeras previsoras sacan a relucir las sombrillas. Pero la inmensa mayoría nos cubrimos como podemos, con el periódico, un fólder, un volante. Algunos se van acercando, disimuladamente, a los pequeños oasis de sombra que se crean detrás de algunas mantas. Pero nadie huye a los portales, porque eso podría hacer parecer que no vinimos tantos cuantos somos. Así que aguantamos con valor, aunque nos vamos poniendo color camarón cocido.

El Sindicato Mexicano de Electricistas nos ha convocado a las jornadas de resistencia y defensa de los energéticos. El gobierno, como era de esperarse, se olvidó que hoy es el 46 aniversario de la nacionalización de la industria eléctrica. Son demasiados sus compromisos con los inversionistas extranjeros que financiaron la campaña de FeCal como para salir ahora a recordar que la industria eléctrica es del pueblo.

Como siempre, abunda el ingenio. Pasan frente a nosotros varias figuras: una Martita de la que cuelgan montones de dólares y un letrero que dice: Vizente, acuérdate que es el año de Hidalgo, un FeCal con su bote de cerveza y un letro que dice Yo sí quiero privatizar, un Tío Sam, un transformador, un barril de petróleo con los colores patrios y un Peje Presidente que dice Propongo más presupuesto al sector energético. También hay montones de mantas que hablan de la huelga y de que el pueblo ya está cansado de pagar la electricidad del gobierno, los empresarios, Televisa y TV Azteca.

Cuando van mencionando a cada uno de los departamentos presentes estallan porras y aplausos. Lo mismo cuando nombran a las organizaciones sindicales y sociales y a las personalidades solidarias. Como suele suceder, en casa de herrero, azadón de palo: la planta eléctrica que alimenta al sonido empieza a fallar y sobran los voluntarios que quieren meterle mano. Pero, al parecer, nadie trae su herramienta de trabajo. Había que evitar cualquier pretexto de la empresa: todo se quedó en orden en los centros de trabajo: vehículos, material, herramientas.

Un émulo de McGyver saca su navaja suiza y, por fin, el sonido funciona a ratos. En algunos momentos hasta sentí que su ausencia era una bendición... No sé por qué hay personas enamoradas del tubo, como le dicen los del SME al micrófono y no tienen piedad de los que nos estamos rostizando. Nos recetan larguíiiisimos discursos llenos de cifras, como si estuvieran ante el H. Congreso de la Unión. No entienden que a un mítin se viene a elevar el espíritu de combate de la gente, a agitarla, a conmoverla. A pesar de que salta a la vista que nadie los escucha siguen y siguen hasta que les empiezan a chiflar. Dijera el gran bardo de Ciudad Juárez Pero qué necesidad, para qué tanto problema...

Martín Esparza, el jóven dirigente del SME sí lo sabe. Habla con emoción, con entusiasmo, con convicción. Denuncia las mentiras de Fox, que en 2000 prometió que no se privatizaría un solo tornillo del sector eléctrico, pero que ha permitido el desmantelamiento de la industria en favor de Iberdrola, Unión Fenosa, Enron, Mitsubishi. Dice que hay que sacarlas del país, pues su presencia es anticonstitucional y ha servido para encarecer el precio de los energéticos, no abaratarlos. Señala que si se intenta privatizar la industria habrá huelga. La gente estalla en aplausos y grita, emocionada, ¡Huelga!, ¡Huelga! y levanta el brazo para señalar su aprobación. Exige que se destinen recursos al sector, ya que es autofinanciable, pero a través de los impuestos que le obligan a pagar se le exprimen las ganancias. Pregunta acerca de los fondos petroleros extraordinarios, de los que nadie sabe nada. Afirma que apoyaremos a los diputados y senadores con movilizaciones y todas las formas de lucha a nuestro alcance. Atrás de él se encuentran los diputados del SME: Ramón Pacheco y José Antonio Almazán, que asienten con entusiasmo.

Cuando termina el mítin propone que regresemos marchando hasta el local sindical, donde habrá de constituirse el Frente Nacional en Defensa de la Soberanía Energética. Han venido unos compañeros telefonistas desde Veracruz, apenas se bajaron del camión y no han desayunado. Son ya las cuatro de la tarde, así que hacemos una breve parada para comer. Cuando llegamos al SME todo está lleno de gente. En la calle pusieron una gran pantalla, en el vestíbulo otra. Pero nosotros queremos estar dentro, así que nos escurrimos como cochinos flacos y encontramos lugar en la escalera.

Habla Doña Rosario Ibarra, Manuel Bartlett, muchos líderes sindicales, algunos diputados, Gerardo Fernández Noroña, Martí Batres, mujeres dirigentes de la APPO. A pesar del calor, el auditorio permanece siempre lleno. Nadie quiere perderse el acontecimiento. Nuevamente interviene Martín. Aquí hay compañeros que no estuvieron en el Zócalo, sino en la Secretaría de Energía o en la Comisión Reguladora y nuevamente hace la propuesta de la huelga y pregunta si la gente está dispuesta. La gente levanta el brazo y grita ¡Duro, duro! o ¡Ni un paso atrás!. Martín señala que va a convocar a una Asamblea Extraordinaria para que se tome el acuerdo y se emplace a la empresa y todos gritan entusiasmados. Martín señala que el SME no va a permitir la represión en Oaxaca, que se movilizará. Pide que nos preparemos para recibir al contingente que llegará el 2 de octubre. La gente aplaude.

Siento envidia de la buena y pienso que si mi sindicato tuviera apenas diez por ciento de esta convicción, de este espíritu de pelea, de esta conciencia social y solidaria jamás hubiéramos permitido la privatización y no estaríamos ahora, en estos momentos, discutiendo cómo quitarle la jubilación a nuestros hijos. Abel dice que nos ha faltado trabajo. Yo le recuerdo que, también, nos ha sobrado represión y que nuestro sempiterno líder supo capitalizar los años de bonanza y presentar los aumento salariales como conquistas personales. No cabe duda que ha sabido manejar bien su imagen, pero ésta se ha ido desdorando y ya muchos telefonistas preguntan si no ha llegado el momento de renovar la dirección. Pero no los suficientes, por desgracia... Viven en su zona cómoda y hasta que no los toquen directamente no van a reaccionar. Pero seguiremos insistiendo, que por algo nacimos siendo cabezas duras.

Esperábamos ver al Peje, que se hubiera sentido en casa, pues son muchos los que llevan el listón tricolor. Es evidente que aquí FeCal nada tiene que hacer. Aquí no les espanta hablar de nacionalismo, ni les importa que los califiquen de premodernos o rupestres. Aquí todo mundo tiene bien claro que la Patria no se vende, la Patria se defiende, extraño concepto para esos yunquitos que piensan exactamente lo contrario. Cada una de las estrofas del Himno Nacional cobra sentido: somos los hijos soldados dispuestos a defenderla con lo que podamos.
La gente repite ¡No pasarán! y lo creo.

1 comment:

Adán said...

Orale, yo salgo( o más bien mi brazo y un peazo de mi choya) en la foto allá en el fondo de la lejania xD..

Por cierto tambien tengo fotos del evento y video y creo ya saber quien eres :).

Bueno me divierte mucho tu estilo de escribir el blog, y me gusta leerlo asi que me daré mis vueltas aquí. Un saludo y siga usted tan revoltosa como bien se ha vuelto.