La Convención Nacional Democrática

Ríos de gente...Ríos que se cruzan, ríos que confluyen, ríos que chocan, ríos que se encauzan bajo mis ojos.

Nos citamos en el Guardiola y, por primera vez, me tocó estar fuera de la multitud, fotografiándola. No cabe duda que somos un chingo de renegados y renegadas. De hecho, mis amigas sostienen que somos más renegadas que renegados. Habrá que pedirles a los convocantes a la CND que nos proporcionen el porcentaje por género, a ver si la percepción tiene bases reales.

Muchas menos pancartas que en las Asambleas Nacionales, uno que otros muñeco ingenioso y muchos más grupos organizados, así sea en torno a un núcleo familiar. Si se registraron más de un millón y cuarto y recibieron su gafete, ¿cuántos más se presentaron como espontáneos de último momento? A puro ojo, como un treinta o cuarenta por ciento adicional, tomando en cuenta a los que no lo llevan.

¿Dónde se está acomodando tantísima gente? Vemos pasar multitudes que se dividen y se van por 5 de Mayo, por 16 de Septiembre y hasta por Venustiano Carranza, además de las que ya llenaron Madero. Y Avenida Juárez sigue llena. Si esto quiere decir que el Peje se está quedando solo, ¿cómo será cuando ande acompañado?

Empieza a caer un aguacero y yo dudo entre tratar de tomar un foto del grupo o proteger la cámara. Intento hacer ambas cosas y las fotos me salen movidas. Lástima. Aguantamos tratando de protegernos bajo una marquesina. Algunos previsores sacan los paraguas, pero son demasiado pocos. La mayoría creímos que no llovería, como ayer. Pero hace su aparición el vendedor de capas de hule. Las azules, a cinco, las amarillas a diez. El sentido del ahorro se impone sobre la corrección política y muchos compran las de a cinco.

Los sonideros no logran conectarse al Zócalo y decidimos avanzar. Poco a poco se va reuniendo nuestro contingente tras la gran manta ahulada que nos sirve de rompehielos. Con dificultades vamos ganando terreno poco a poco. Por suerte llovió fuerte y algunos decidieron retirarse, pues de otra manera hubiera sido imposible. Hemos inventado una nueva consigna, que gusta mucho: "Martita, ratita, devuelve la lanita. Martota, ratota, devuelve la lanota"

Ahí vamos tras la manta y los convencionistas nos aplauden, especialmente porque nuestro líder se ha declarado a favor de la negociación con FeCal y nosotros dejamos bien claro que no representa la voz de todos. Paso a paso nos vamos abriendo camino hasta que logramos entrar al Zócalo. Pero ahí nos quedamos, a la altura del Majestic. Es imposible avanzar más.

Escuchamos atentamente los discursos, que a veces son incomprensibles porque el sonido está mal ecualizado. Posiblemente el de Luis Javier Garrido sea una sensacional pieza discursiva, pero hasta donde estamos sólo se escuchan zumbidos y la gente se desespera y chifla.

Por fin pasamos a las votaciones. Contra lo que dicen ignorantes como los del Milenio, no votamos por consigna. En nuestras filas siguen las discusiones de último minuto. Hay quien quiere votar dos veces, porque le parece que las figuras de Presidente y Coordinador de la resistencia son complementarias, no contrapuestas. Otros se oponen, porque dicen que el Presidente, ya de por sí, tendrá entre sus funciones coordinar la resistencia. Cinco de los nuestros votan solamente por la figura de Coordinador. Pero el júbilo estalla y todos se suman al Se ve, se siente, tenemos Presidente

Hay quien se opone al boicot y vota en contra, por considerar que en un sistema capitalista es poco menos que imposible escapar a la necesidad de consumir productos de la oligarquía. Otros aprueban con entusiasmo. Con lo de Imaz también hay división. Unos dicen que en política sólo cuenta el acto más reciente y que hay otros políticos peores. Otros, de plano, gritan ¡Imaz no, Imaz no!, porque fueron sus contemporáneos en la UNAM y aún le reprochan el doctorado que dicen se consiguió a costa de negociar el levantamiento de la huelga del 1987.

El programa de los cinco puntos es aprobado, pero como apenas un primer paso, porque todos quieren hacer precisiones, añadidos, profundizaciones. Queda claro que tenemos que reunirnos cuanto antes para hacer nuestras propuestas.

Cuando se vota que la CND se vuelva a reunir en marzo hay quien opina que es demasiado tiempo, hasta que le hacemos notar que ya tenemos actividades para septiembre, octubre, noviembre, diciembre y marzo, y que seguramente dentro de poco sabremos qué hacer en enero y en febrero, especialmente porque en este mes se celebra el aniversario de la Constitución y el de la Bandera y hemos decidido recuperar todo el calendario cívico.

Además, no es sencillo el proceso de consolidación que tenemos que llevar a cabo en los meses siguientes. Así como del proceso de 1988 nació el PRD, ahora estamos viendo nacer un organismo mucho más grande, más abierto, más plural, más ciudadano. El PRD reloaded, dice un compañero.

Tardamos buen rato en salir del Zócalo y nos vamos a comer/cenar. Estamos contentos y relajados y nos agarra la simpleza. Estamos bojes, diría mi abuela durangueña, porque todo nos causa risa. Hasta las meseras sonríen cuando nos sirven. se nos pasa el tiempo y nos dan las doce y ahí sí nos apagan las luces y nos piden que pasemos a pagar la cuenta.

Un día histórico y satisfactorio, qué duda cabe. Ya habrá tiempo para seguir trabajando duro por esa Patria diferente que nos hemos propuesto crear.