Los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan medidas de censura, está expuesto al furor popular.
UMBERTO ECO

2006/10/14

No sólo en México

Resulta que uno de los escándalos recientes en los Estados Unidos fue el de cuando menos 463 empleados públicos, incluyendo 134 que trabajaban para el departamento de Seguridad Interna (Homeland Security) que compraron diplomas falsos para obtener aumentos salariales o puestos de mayor responsabilidad.

El propio Senado estadounidense ha ampliado su investigación inicial para incluir al Departamento de Defensa.

Esto debiera preocuparnos, pues son los integrantes de estos departamentos los que han venido trazando la agenda internacional de los Estados Unidos. La creciente --y contagiosa-- paranoia antiterrorista abarca todos los ámbitos de su actuar interno e internacional. Acaban de aprobar una ley que permite la tortura y protege la violación de los derechos humanos más elementales, como el de habeas corpus, presionan a todas las naciones a firmar acuerdos bilaterales a fin de que los estadounidenses que sean acusados de crímenes de guerra o de lesa humanidad no fuedan ser juzgados por la Corte Penal Internacional y han criminalizado a todos cuantos les parecen sospechosos de terrorismo, a quienes pueden hacer desaparecer sin más trámite. Y esos funcionarios omnipotentes son, simultáneamente, criminales capaces de mentir por obtener un beneficio personal. Qüis custodiet ipsos custodes?: "¿Quién custodia a los propios custodios?", como decían los romanos...

Se calcula que tan sólo uno de los grupos detenidos lavó más de dos millones de dólares a través de la venta de diplomas falsificados. Dicho grupo, además, estaba relacionado con la venta de pornografía infantil, otro lucrativo negocio del que algo sabemos acá en México, gracias a Lydia Cacho, que encueró a Succar Kuri, Kamel Nacif, el Gober Precioso, Emilio Gamboa Patrón, Miguel Ángel Yunes Linares y alguno que otro político que nos habla de moral pública mientras practica los más horrendos vicios privados.

Algunos de ustedes dirán que qué tanto es tantito, si aquí nos dimos el lujo de tener hasta un Secretario de Educación Pública que presumía de Doctor cuando ni a Bachiller llegaba. ¿O no, Falzatti? O un fantoche con botas y un pelele que nos presumen de sus maestrías de Harvard, cuando sólo pasaron por unos cursos, esos sí patito, que a lo mejor se llevaron a cabo cerca de la celebérrima institución educativa. O el nuevo titular de la Subsecretaría de Educación Básica (SEB), Francisco Miranda López, que reprobó en dos ocasiones las evaluaciones del Servicio Civil de Carrera.

Aunque la UNAM es reconocida como una de las mejores cien, y la primera en el Continente, basta un somera exploración de los títulos académicos de los amos del universo (Tom Wolfe dixit) que nos gobiernan para darnos cuenta que la mayoría son egresados de instituciones privadas cuyo mayor mérito es el alto costo de las colegiaturas. Hijos del privilegio, ignoran todo acerca del país que pretenden dirigir y son ciegos a sus realidades más elementales. Deploran las ayudas gubernamentales a los grupos más desprotegidos, mientras aprovechan la corrupción imperante en beneficio propio o de camarilla.

Hablando de instituciones educativas, un grupo de vecinos de Insurgentes Mixcoac denunció a la Universidad del Opus Dei, la Panamericana, porque se ha ido apoderando de la colonia. Incluso, señalan que les han permitido convertir las calles en espacios privados y que se les entregó el edificio de una secundaria pública para que lo exploten en su beneficio.

Con razón a la mamá de Chucky le urge que le entreguen la SEP. ¿Se imaginan, entre otras cosas, los negocios inmobiliarios que piensa realizar? ¡Al cabo que para eso nos sacrificamos generaciones enteras de mexicanos construyendo un sistema nacional de educación pública! Todo para hacerla aún más rica y poderosa...

Y mientras tanto, la insensatez política trata de salvar a Ulises aunque arda Oaxaca, las legítimas demandas de los maestros son respondidas con amenazas y un subsecretario de Gobernación vela las armas de la represión a petición de sus patrones.

Lo dicho, ¿quién está cuidando a nuestros supuestos cuidadores?

1 comment:

Teacher said...

Jeje la mama Chucky, esa no me la sabía.