Conmemoraciones

El 5 de febrero amaneció lluvioso y frío. Daban ganas de quedarse en la cama un rato más, pero el recuerdo de Víctor Rico Galán diciendo, con su acostumbrada ironía:
--Quieren levantarse en armas y no se levantan ni para ir a trabajar...
nos puso en marcha.

Llegamos al Hemiciclo donde --gracias a la convocatoria de los integrantes del Diálogo Nacional--, se conmemorarían los 150 años de la promulgación de la Constitución de 1857, que consagró la existencia del Estado laico; y los 90 de la Constitución de 1917, que garantizó nuestros derechos sociales.

La conmemoración resulta doblemente oportuna ahora que el pelele y su gabinete han consagrado al TLCAN como ley suprema de la Nación, aunque nos quieran vender la idea de que son "muy respetuosos del Estado de Derecho y la Constitución".

Benito Bahena, dirigente de la Alianza de Tranviarios, leyó los resolutivos acordados por las 600 organizaciones que se integraron al Diálogo Nacional, destacando entre ellos la propuesta de una gran marcha el 8 de marzo, otra, de carácter trinacional, para el 1° de mayo y un paro nacional el 2 de mayo, para frenar los avances del neoliberalismo.

También planteó que organizáramos brigadas para llevar a cabo una intensa campaña nacional de volanteo, pintas en bardas y puentes, tomas de carreteras y otras medidas de presión que se aplicarán de acuerdo a las circunstancias. Otra demanda fue la realización de un referéndum para demostrar que nadie quiere al pelele como presidente.

José Luis Contreras, Presidente de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), leyó un hermoso discurso en el que nos recordaba, someramente, lo que significaban los derechos consagrados en los principales artículos y que tan cotidianamente violan las autoridades supuestamente encargadas de defenderlos.

Después Martín Esparza, el combativo Seecretario General del SME, señaló que no se permitiría la privatización de PEMEX ni la de la electricidad, y nuevamente hizo el llamado a la manifestación del 8 de marzo, que tendrá como ejes centrales la defensa de los derechos de las mujeres, que la ultraderecha en el poder quiere coartar hasta el absurdo; así como la exigencia de una mejor vida para los trabajadores y sus familias. Se solidarizó con la demanda de los presentes de que se le pague el salario mínimo al Gabinete, empezando por el Presidente.

Nos recordó que los electricistas están revisando salarios y que nos están dispuestos a aceptar miserias, como la que se otorgó al salario mínimo, que debe convertirse en un salario constitucional, es decir, suficiente para que una familia obrera viva con dignidad y decoro, se alimente y vista bien y hasta disfrute de recreación, ocio y cultura, tal y como lo indica nuestra Carta Magna.

Así que ya lo saben, para quienes se preguntan a cada rato que qué sigue, las tareas inmediatas son:

1) La marcha del 8 de marzo por el derecho de las mujeres a decidir sobre sus vidas y sus cuerpos y por la defensa de nuestros energéticos.
2) La Convención Nacional, del 21 al 24 de marzo.
3) La gran marcha trinacional del 1° de mayo.
4) Paro nacional el 2 de mayo. Y si los charros no quieren sumarse, se puede hacer el gran paro cívico nacional del hoy no me pude levantar..., es decir, que cada trabajador, por sí mismo, decida sumarse y permanecer ese día en su casa. Lo mismo los campesinos, los pequeños comerciantes, los estudiantes, los maestros, los choferes, las amas de casa. Nadie puede obligarnos a que ese día, en concreto, salgamos de nuestras casas. No nos pueden acusar de sedición, motín o asonada. Cuando más, de habernos dejado vencer por la fiaca...¿no?

Por lo pronto, como que urge que todos nos pongamos a promover estos acuerdos, a difundirlos con pegas, pintas, volantes, pancartas, mítines, mensajes de celular y todas las formas que se nos ocurran.