Los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan medidas de censura, está expuesto al furor popular.
UMBERTO ECO

2007/06/18

Aguas con Javier Lozano

Foto de Marco Peláez de La Jornada
(Por cierto, ¿no le quedaría perfecto un par de revólveres Colt en vez de los micrófonos?)

Al actual Secretario de Trabajo, Javier Lozano Alarcón, ha resultado ser más derechoso y antiobrero que sus antecesores, Monsignor Abadscal y Victor Javier Salazar Sáenz, el de la tragedia de Pasta de Conchos. Ellos, cuando menos, trataban de dar de la apariencia de "mediadores en los conflictos entre el capital y el trabajo", aunque su "mediación" casi siempre resultara perjudicial a los intereses de los trabajadores. Pero, por lo menos, trataban de cubrir las apariencias.

Lozano ni lo intenta. Se reunió con los líderes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), --esa entelequia que ha resultado ser tan inútil y prescindible como el Congreso del Trabajo-- y les dijo que nones, nyet, naranjas, NO, NO y NO a su solicitud de abrogación de las reformas a la Ley del ISSSTE.
Hasta eso, se tomó el trabajo de ordenar que sus chalanes le prepararan un escrito de catorce cuartillas, ¡más dos anexos!, para sustentar su negativa, que le tomó 4.5 veces menos papel que la petición original de la UNT, de 64 cuartillas.

Les dijo que la Ley del ISSSTE ni es inconstitucional ni es reversible y adelantó un concepto que debe ponernos a temblar, el de la "expectativa de derecho".

Al respecto, cito de La Jornada:
"Por ejemplo: al señalamiento de que se modifica y aumenta a 65 años la edad y a 35 los de servicio para que los servidores públicos se puedan pensionar, el funcionario respondió que, en efecto, el régimen pensionario que prevé la nueva legislación modifica dichos periodos, pero sólo para quienes ingresen a trabajar después de la entrada en vigor de esta ley, o bien para los que están en activo y opten por este sistema.

Sin embargo, sostuvo, esto no resulta violatorio de los derechos adquiridos por los trabajadores en activo, "ya que al momento de entrar en vigor la nueva ley todavía no estaba dentro de su patrimonio el derecho a la jubilación, por no haber cumplido con todos los requisitos que se establecían para ello; lo que simplemente tenían era una expectativa de derecho", indica el documento entregado por el secretario del Trabajo
."


En primer lugar, Lozano miente cuando dice que la nueva ley sólo afecta a quienes entrarán a trabajar o a quienes opten voluntariamente por este régimen, con la promesa de un "bono". Resulta que, a diferencia de la Ley del IMSS, que nos permite optar por pensionarnos bajo la de 1973 o la de 1995, a los servidores públicos no les dejaron ese márgen. Aunque se rehusen a aceptar el "bono" de todas maneras las van a cambiar las condiciones de jubilación, aumentándoles años de edad y de servicio, así como el monto de las aportaciones.
Y, en segundo lugar, Lozano está modificando la Constitución al decir que los trabajadores no tienen el derecho a la jubilación sino tan sólo "la expectativa de derecho". Y este concepto es gravísimo si se extiende, pues los únicos derechos efectivos que tendremos serán aquellos que ya hayamos disfrutado.
Tomemos por caso el derecho de huelga. Resulta que en este país ya casi nadie hace huelga, porque los dados están cargados en contra de los trabajadores. Por lo tanto, como no lo han ejercido, no tienen el derecho, sino tan sólo "la expectativa del derecho". Si con el derecho liso y llano, tal como está plasmado en el Artículo 123, es casi imposible hacer huelga, con la pura "expectativa" será imposible.
O el derecho al voto... Quienes nunca han votado o quienes apenas hayan llegado a los 18 años tendrán "la expectativa", que no el derecho en sí. O el derecho de libre expresión de las ideas. Ya la libramos cuantos y cuantas nos hemos dado a la tarea de pegar de gritos y defender nuestras opiniones. ¡Lástima de todos los demás que, cuando quieran hacerlo, se verán impedidos gracias a esa tautología (círculo vicioso) que dice que no tienen el derecho porque aún no han ejercido el derecho, pero no pueden ejercerlo porque aun no lo tienen...
Durante décadas pudimos ampararnos contra modificaciones legales lesivas a nuestros derechos gracias al precepto constitucional que establecía que "ninguna ley podría ser retroactiva en perjuicio de nadie".
Por más que histéricamente FeCal, Yunes, la mamá de Chucky, Lozano y demás corifeos repiten histéricamente que la nueva Ley del ISSSTE es buena para los trabajadores, saben que es fácil demostrar la falacia y que es previsible el otorgamiento de cientos de miles de amparos contra sus efectos.
Y por eso se sacaron de la manga la jalada esa de "la expectativa del derecho", y que, de pegar, podra usarse en el futuro para escatimarnos los derechos que hemos conquistado con muchos sacrificios.
Así que ya saben: aguas con Lozano, que nos quiere regresar a la Edad Media.

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