Esos amantes a la antigua
Pues resulta que la terrible Chayito, imagen señera de las feministas radicales, voz de la vagina en uno de sus monólogos, azote de los machines, diosa de la izquierda culturosa, nos resultó más bien bastante premoderna.
Según la libreta de su quelite Ahumada, era lo que nuestras mamás, arrugando la nariz, llamaban "una mantenida". Su protector, cual debe, la instaló en una casita de no mal ver, con todos los servicios pagados, y una jugosa asignación mensual de entre 45 y 50 mil pesos mensuales, más boletos de avión.
Me la imagino, muy al estilo de las películas de Andrea Palma, acostada en un diván, fumando con boquilla, luciendo un negligée muy sexy de seda negra, todo bordeado de fino encaje de Chantilly, con una abertura para mostrar esos chamorros de lujo y con una copa de champaña helada en la otra mano, esperando la llegada del interfecto que, por cierto, también daba el tipo de galán del cine nacional.
Yo, la verdad, ya puesta en ese plan, hubiese exigido cuando menos que la casa estuviera a mi nombre, y no al de la esposa de mi Tarzán, mi domador, mi niño papachito o como quiera que lo nombrara. Me hubiera ardido bastante que le mostrara más afecto (85 mil mensuales) a mi canchanchán Sosamontes que a mí y habría sentido como ñáñaras ante los regalitos que le hacía a mi hija, cual nueva versión de Las Dos Elenas, de Carlos Fuentes.
También hubiera considerado como gacho el compromiso de ir a la cárcel a visitarlo de la mano de su mujer y, más gacho aún, haber introducido la corrupción en mi gobierno y el partido que dirigía y haber servido de instrumento en su contra, amparada tras el escudo de que "al corazón, no hay quien le diga qué hacer".
Creo que habría tenido el sentido autocrítico para preguntarme ante el espejo: "¿de veras soy así de sexy, así de fascinante, así de maravillosa o tiene algo que ver el puesto que estoy ocupando?" y, como presidenta del partido que representa las aspiraciones de todos los mexicanos trabajadores, honestos, desposeídos, me habría cuestionado si era correcto andar vestida de Frattina y calzada de Prada mientras millones viven por debajo de la línea de la pobreza. Se me habría atragantado el desayuno en París y la cena en Londres, especialmente considerando que no los habría pagado con MI dinero fruto de MI trabajo, sino con las prebendas de un cargo burocrático, incluyendo el amante de lujo.
Pero, en fin, esa soy yo...fresa, fresa por naturaleza.
Según la libreta de su quelite Ahumada, era lo que nuestras mamás, arrugando la nariz, llamaban "una mantenida". Su protector, cual debe, la instaló en una casita de no mal ver, con todos los servicios pagados, y una jugosa asignación mensual de entre 45 y 50 mil pesos mensuales, más boletos de avión.
Me la imagino, muy al estilo de las películas de Andrea Palma, acostada en un diván, fumando con boquilla, luciendo un negligée muy sexy de seda negra, todo bordeado de fino encaje de Chantilly, con una abertura para mostrar esos chamorros de lujo y con una copa de champaña helada en la otra mano, esperando la llegada del interfecto que, por cierto, también daba el tipo de galán del cine nacional.
Yo, la verdad, ya puesta en ese plan, hubiese exigido cuando menos que la casa estuviera a mi nombre, y no al de la esposa de mi Tarzán, mi domador, mi niño papachito o como quiera que lo nombrara. Me hubiera ardido bastante que le mostrara más afecto (85 mil mensuales) a mi canchanchán Sosamontes que a mí y habría sentido como ñáñaras ante los regalitos que le hacía a mi hija, cual nueva versión de Las Dos Elenas, de Carlos Fuentes.
También hubiera considerado como gacho el compromiso de ir a la cárcel a visitarlo de la mano de su mujer y, más gacho aún, haber introducido la corrupción en mi gobierno y el partido que dirigía y haber servido de instrumento en su contra, amparada tras el escudo de que "al corazón, no hay quien le diga qué hacer".
Creo que habría tenido el sentido autocrítico para preguntarme ante el espejo: "¿de veras soy así de sexy, así de fascinante, así de maravillosa o tiene algo que ver el puesto que estoy ocupando?" y, como presidenta del partido que representa las aspiraciones de todos los mexicanos trabajadores, honestos, desposeídos, me habría cuestionado si era correcto andar vestida de Frattina y calzada de Prada mientras millones viven por debajo de la línea de la pobreza. Se me habría atragantado el desayuno en París y la cena en Londres, especialmente considerando que no los habría pagado con MI dinero fruto de MI trabajo, sino con las prebendas de un cargo burocrático, incluyendo el amante de lujo.
Pero, en fin, esa soy yo...fresa, fresa por naturaleza.
2 comments:
Fresa, fresisima, ya lo sabemos...
Chicafresa, mucho tiempo sin comunicarnos pero siempre es un placer leerte.
Este tema de la Chayo a mi me irrita mucho. Siempre digo que me gustaria que a los hombres corruptos los denunciaran y denostaran como la denuncian y denostan a ella. De volada todo el mundo me dice que la estoy defendiendo, y pocas cosas me hacen enojar mas que eso, porque eso es nomas no entender. Yo estoy de acuerdo con tu denuncia sobre Rosario, de la A a la Z, y creo que tu blog es de los poquisimos espacios donde se denuncia por igual y con la misma enjundia a hombres y mujeres, no por su genero, sino por corruptos y vividores.
Pero, y no se si estes de acuerdo en esta, cuando un hombre es corrupto se le perdona y se le denuncia menos que a esta, porque imaginate, "aparte de corrupta, andaba de puta con el Ahumada".
La verdad si a mi me preguntan, guillotina para todos.
En breve te buscare en el e-mail, voy a Mexico para el aniversario...
mientras besitos.
Querida Chilangelina:
Ojalá en esta oportunidad si se nos haga.
En cuanto a Chayito, no la critico por caliente sino por corrupta. Soy "equal opportunity critic". Si en vez de Chayito hubiese sido el Peje, igual me le habría ido a la yugular.
Porque todavía creo vehementemente que mientras más alto el cargo, más elevada la responsabilidad y especialmente cuando esperamos ser la alternativa para muchos millones de mexicanos.
¿Con qué autoridad moral criticar los excesos y los abusos de una clase política corrupta si somos iguales a ellos?
A mí me dolió más porque le tenía un monton de ley a la Chayito, me pareció una excelente gobernante de la ciudad de México y creí que llevaría lejos al partido. Jamás creí que echaría todo por la borda por la tentación de vivir como rica.
Me acuerdo de cuadernitos míos de la izquierda que decían "Contra la burguesía, hasta que sea parte de ella..." Chale.
Un abrazo, y hasta pronto.
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