Los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan medidas de censura, está expuesto al furor popular.
UMBERTO ECO

2007/07/30

Primer aniversario del Megaplantón


No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla. Hoy es el primer aniversario del inicio del Megaplantón. Cuando el Peje lo propuso todos nos quedamos callados. Nos preocupaban cuestiones de logística elemental porque, la neta, no íbamos preparados. Pero eso jamás ha logrado detenernos.

Apenas terminada la tercera Asamblea Popular Informativa, muchos tomaron la iniciativa y con mecates y las mismas pancartas con las que habían desfilado empezaron a cerrar el Paseo de la Reforma, para escándalo y consternación de las buenas conciencias a las que les parecía terrible cerrar el paso a los vehículos, pero no hacían ni la milésima parte de alharaca ante los que le cerraron el paso a la democracia.

Y vaya que tenía razón esta manta. ¿Cuántos desastres lleva el pelele en este corto año? Por cierto, yo creo que sí les deberían aplicar el CETU a todos esos pequeños empresarios que tanto se alegraron por el fraude, a los panazis de a cuatro mil pesos mensuales, como dice el Beam, y a todos cuantos creen que las acciones no tienen consecuencias y que da lo mismo que gane cualquiera, con tal que no sea "un populista", es decir, un político comprometido con las grandes masas trabajadoras. Sólo así aprenderían que no es lo mismo que lo mesmo.

Fresitas al fin, nosotros llegamos el 31 de julio a la cuadra de Reforma ubicada entre Praga y Varsovia, frente al Banamex-Citibank y al Anderson´s, cuando todavía no se instalaba casi nadie. Y, como la mayoría, jamás pensamos que estaríamos ahí hasta el 15 de septiembre.

Cada que camino por ahí me asalta la nostalgia. Me acuerdo de todas las actividades culturales que se realizaban, de las pancartas ingeniosas, sarcásticas o, simplemente, salidas del corazón, de las pinturas, los poemas, las emisiones radiales y la simple solidaridad humana de quienes nos apoyaron de mil maneras.

Añoro las reuniones vespertinas cuando esperábamos con ansia el cotidiano discurso del Peje, transmitido por el desaparecido Monitor, cuando conectábamos el radio a nuestro altavoz y se juntaban los paseantes a compartir un té, algo de comida, y el cálido sentimiento de fraternidad.


Llegó el momento de los adioses y con tristeza tuvimos que desmontar nuestro campamento, sabiendo que difícilmente volveríamos a vivir cincuenta días tan llenos de acontecimientos. Bien decía Marx que hay años que parecen días y días que parecen años. Conocí más telefonistas en este mes y medio que en cuarto de siglo anterior, por no hablar de los blogueros, fotógrafos y periodistas que se acercaron a nosotros. Y eso, tan sólo para no hablar de ese pueblo generoso que estuvo también en el plantón.


Hay quien piensa que el Megaplantón fue un error. NO ESTOY DE ACUERDO. En primer lugar, me imagino nuestro desaliento si otra vez, como en 1988, nos hubieran mandado a casita "a esperar una mejor ocasión". También me imagino la rabia de muchos, que habría estallado sin ton ni son y sólo para justificar la represión y la puesta en práctica de medidas fachosas, como las que propone Marianita Gómez del Campo, la prima de la Margarita Zavala, que quiere que la reuniones públicas de más de cinco cuenten con un permiso oficial, como con Hitler o Mussolini.

También me imagino el sabor de boca que nos habría dejado el paseíllo triunfal del enano desde el Bosque de Chapultepec hasta el Palacio Nacional, el Grito de Fox en el Zócalo y otras tantas injurias que nuestra presencia impidió. Por lo pronto, la ciudad es nuestra y FeCal, cual vil ratero que es, tiene que entrar siempre por la puerta trasera. Por eso su obsesión de que el Marcelo le rinda pleitesía, en nombre y representación de todos nosotros.

Pero, más que nada, celebro la manera en que aprendimos a movilizarnos y a organizarnos de un día para otro. Dicen que el ejército más organizado es el que gana las batallas. Y tan sólo por eso, a un año de distancia, sigo confiada en nuestra victoria final.

2 comments:

Conny Arias said...

Ah!, que tiempos aquellos mi estimada Chica Fresa, cuando conocí a tan aguerrido contingente de Te-te-telefonistas!
Saludos,
Conny

Roberto said...

SON TAN PEJENDEJOS LOS PERDERISTAS QUE HACIENDO EL RIDICULO, MOLESTANDO A LA CIUDADANIA PIERDEN MAS QUE LO QUE ESTUVIERON A PUNTO DE GANAR, POBRES PENDEJOS!!