Los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan medidas de censura, está expuesto al furor popular.
UMBERTO ECO

2007/11/05

El mítin de los jubilados


Pues resulta que a mi líder, Francisco Hernández Juárez, el dinero ya no le alcanza. Que si la inflación, que si la pérdida del poder adquisitivo, que si el crecimiento de su cada vez más numerosa familia. Conclusión: discurrió que los jubilados debían pagar una cuota sindical.

Los jubilados, lógicamente, preguntaron que dónde estaban sus aportaciones de 31 años, dónde el fondo de resistencia, dónde los fideicomisos sindicales, dónde los recursos destinados a edificios sindicales, a becas, a bienestar social, a cultura y recreación.

No hay que ser mal pensados, a lo mejor todo ha sido manejado con una limpidez y una transparencia que ni los ángeles del cielo... ¿Por qué, entonces, no rendir cuentas?

Pero en vez de cuentas claras recibieron amenazas: que si les iban a quitar los derechos sindicales por años y años, que si los iban a expulsar del sindicato y, en consecuencia, a quitarles su pensión, que si en las noches iban a venir los demoños a jalarles las patas por mal portados...

Y resultó que, además del cobro de cuotas, también se impondrá una estructura centralizada en la persona del líder, quien tendrá el poder de nombrar a su "secretario adjunto" para que herede el poder, al más puro estilo monárquico, además de los coordinadores de las "comisiones de trabajo" que engloban y subordinan a las secretarías que los trabajadores eligen.

¡Ah, y no era todo! Sanciones "fast-track", irrevocables, inapelables, inexorables. Obligación de acudir a mítines, marchas y cuanto se le ocurriera al líder, que ahora aspira a una diputación --el fuero, el bendito, sacrosanto fuero que ptrotege tantas pillerías-- y necesita sus acarreados.

Así que los jubilados dijeron no... y les cortaron el micrófono, les clausuraron la asamblea, les limtaron el tiempo de intervención. Y seguían diciendo no, y decidieron gritarlo a las afueras de su sindicato, porque dentro no se los permiten.

Con temor, de a pocos, se fueron juntando. Y les gustó el asunto de la libre expresión y ahora quieren más. Que si un mítin de los compañeros de Servicios a Clientes (CEICOS), a quienes están "auditando" hasta cuando se paran a hacer pipí, y que piden que cese el hostigamiento laboral. Que si uno de operadoras, a quienes les han escamoteado su materia de trabajo, como a los oficinistas.

Ya se sabe que en ésto de la protesta, todo es empezar.

1 comment:

Roberto said...

MUERAN LOS NACOS IZQUIERDOSOS!!